24/10/11

No quieren al "Negro" Herrera, como delegado del CEN del PRI, en Durango,Coahuila,Nuevo Leon y Tamaulipas, por sus nexos con el Narco y sus malos manejos que se evidenciaron con Carmen Aristegui.



TEXTO IRREVERENTE

                                                   
Por Andrés Timoteo

INOPERANTE


En el último par de semanas los tuits s enviados entre priístas de Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas contaban lo mismo: el exgobernador de Veracruz no llegaría a esos estados y sería relevado del cargo como delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Lo anterior tras el escándalo desatado por las grabaciones exhibidas en la radiodifusora MVS que revelaron actos de corrupción y enriquecimiento inexplicable, además del señalamiento presidencial por haber entregado  al estado a los criminales.

Los tuits entre priístas del norte del país no han sido confirmados pero tampoco desmentidos. Los mismos militantes del tricolor en esas entidades dan por hecho que el nombramiento como delegado partidista es de papel. El exgobernante no tiene ni capacidad de operación ni autoridad para mover los grupos priístas ni mucho menos recursos para hacer la magia electoral como la que aplicó en Veracruz.

De los cuatro estados si acaso tendrá un poco de maniobra es en Tamaulipas porque en el resto se dedicará – si es que lo hace pues muchos aseguran que ni un pie pondrá en ellos- es dar consejos de cómo robarse las urnas, cooptar funcionarios de casilla y plagiar las ideas publicitarias ajenas. No más.  En Durango el lunes 10 de octubre se difundió la especie de que el innombrable veracruzano ya no llegaría a la entidad. “Siempre no”, dijeron los duranguenses.

El exmandatario tropical tiene poco que hacer en esas tierras pues el verdadero operador del priísmo se llama Ismael Hernández Deras, exgobernador de la entidad, un personaje que  no permitirá que se le desplace. Actualmente  Hernández Deras mantiene una confrontación con su sucesor en la gubernatura, Jorge Herrera Caldera, de quien se dice es más cercano a Acción Nacional que al mismo tricolor. De hecho, la pugna entre Herrera Caldera y Hernández Deras anticipa ya una derrota del priísmo en la entidad.

En las elecciones del 2010, Herrera Caldera obtuvo un triunfo cuestionado por una diferencia de solo 3 mil votos sobre el abanderado del panismo, José Aispuro Torres, quien dejó su militancia priísta para encabezar una coalición opositora, y ahora Aispuro Torres se proyecta ya como el candidato al Senado, lo que arrastraría el voto de los duranguenses para conservar las dos curules que desde el 2006 conserva el blanquiazul con Rodolfo Dorado y Andrés Galván. Y de llegar el veracruzano al estado solo será para asumir el costo de la derrota.

Mientras tanto en Coahuila, el priísmo local simplemente se rió del nombramiento para el político de Nopaltepec. “Ni se ve, ni se siente ni nada, aquí les vale…ese tal Fidel”, comentan los priístas norteños. En Coahuila  los verdaderos operadores se apellidan Moreira. El dirigente nacional del tricolor, Humberto, y el actual gobernador, Rubén, tienen más que aceitada la maquinaria priísta, la cual camina al ritmo que le marquen.  Los Moreira han sabido comprar aliados, escarmentar a los opositores internos, cooptar enemigos políticos, amansar a la oposición  y utilizar el presupuesto público para tener una militancia dócil.

El tricolor domina el congreso pues de las 31 diputaciones, 23 son priístas y cuando ingrese la nueva legislatura en enero próximo, que será de 25 curules, 18 serán tricolores. En tanto, de los 38 municipios, 33 son gobernados por priístas.  La operación político-electoral de los hermanos Moreira ha sido tan eficaz que la han “exportado” a estados vecinos pues ellos la encabezaron en las elecciones de Zacatecas y ahora en Michoacán.   Pese a que las dos primeras senadurías las tiene el PAN con Guillermo Anaya y Ernesto Saro Boardman – el PRI solo tiene una de representación proporcional con Jesús María Ramón Aguirre- se espera que las posiciones cambien en el 2012, precisamente por la influencia moreiriana. Los

El actual alcalde de Satillo, Jericó Abramo Masso, de 33 años, Fernando de las Fuertes Hernández, conocido con el sobrenombre de El Diablito, expresidente municipal de Saltillo,  actual líder del congreso local e hijo del exgobernador José de la  Fuente quien fue conocido con el apodo de El Diablo y Eduardo Olmos Castro, actual alcalde de Torreón son los tres aspirantes al senado y los tres son cercanos a Moreira y  a Enrique Peña Nieto. Ninguno conoce ni reconoce al innombrable veracruzano de quien – han advertido- no aceptarán ningún consejo para no embarrarse de la mala fama. En pocas palabras, no lo quieren cerca.

PAR DE OSCUROS

La operación electoral en Nuevo León la asumió directamente el grupo de Peña Nieto y del exmandatario Natividad González Parás. Entonces el único reducto que le quedará al flamante delegado es Tamaulipas donde se apoyará en otro de su misma especie, Ricardo Gamundi Rosas, apodado “El Negro” y originario de Veracruz. Con una carrera meteórica pues llegó a Tamaulipas en el 2006, en menos de un lustro  Gamundi se convirtió en diputado local y luego en dirigente estatal del PRI.

Por filias de tierra, color y mañas, se supone que ambos se apoyarán en la operación electoral en suelo tamaulipeco donde gobierna un personaje gris y de la tercera edad, Egidio Torres, que  se la vive fuera del estado, cada vez que acude a la entidad está rodeado siempre por 58 guardaespaldas y le importan un bledo los asuntos de su entidad. De ahí que Gamundi y el innombrable harán de las suyas, bueno  si es que dos oscuridades se pueden llegar a juntarse.

“No cabe duda que el PRI tamaulipeco tiene suerte para las cosas negras. Primero fue su presidente, Ricardo y hoy se cierne sobre la estructura priísta la polémica personalidad del ex gobernador de Veracruz que carga la maldición se ser un proscrito en su propia entidad natal”, expuso el analista Fernando Acuña en su columna Cuadrante Político, subtitulada “El negro del PRI”.

Otro, Javier Terrazas, en su columna Tribuna señaló la semana pasada: “los priístas tamaulipecos apenas se libraron del jarocho Gamundi, de muy cuestionado estilo, cuando aparece otro veracruzano que  se sentirá como en su casa pues se reencontrará con miles de paisanos expulsados de Veracruz por la pobreza y marginación durante su gobierno y que hoy radican en Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros. A ver si no le cobran la factura por tan mal gobierno”. Este tipo de evaluaciones, mantienen en alerta al CEN pues de todos los delegados regionales, el veracruzano es que lidera el repudio.