12/4/17

FLAVINO RIOS ALVARADO, LIBERTAD BAJO SOSPECHA...



 La hipertensión que lo mandó a casa.  

Operación en tiempo récord.

 No regresa a Pacho Viejo.

 El pacto del presupuesto.

POR: MUSSIO CARDENAS ARELLANO.

Si por Miguel Ángel Yunes fuera, Flavino Ríos se pudriría en prisión. Pero lo dejó ir. Aquejado por una hipertensión de origen político, una cirugía en la que nadie cree, el ex gobernador interino debe agradecerle a su maltrecho corazón que pueda enfrentar a la justicia en libertad, en su casa y bajo fianza.
Deja el hospital Ángeles, en Xalapa, que le sirvió de refugio mientras capotea la embestida yunista que le fincó cargos por la fuga de Javier Duarte, al que le facilitó un helicóptero oficial cuando ya no era gobernador de Veracruz.
Flavino Ríos, alias El Oaxaqueño por su origen —nació en Mogoñé pero usa actas hechizas de Veracruz para usurpar funciones— ingresó al penal de Pacho Viejo, a unos 13 kilómetros de Xalapa, en el municipio de Coatepec, la mañana del domingo 12 de marzo. Suponía que en cosa de horas recuperaría su libertad. Suponía mal.
Se imaginó en el tiempos del duartismo, cuando fue el poder tras el trono, la mano que mecía la cuna, el consejero que llevó paso a paso a Javier Duarte, que lo hizo errar, que lo movió a irritar al presidente Enrique Peña Nieto, hasta colocarlo al filo del abismo y finalmente lo empujó. Nadie más feliz que Flavino Ríos al entrar al relevo.
Muy ufano, advertía el ex gobernador interino de Veracruz que en él no había delito, ni fue cómplice de la huida de su antecesor, que en cuestión de horas estaría libre, que en caso de enfrentar a la justicia lo haría bajo fianza, en libertad.
Y pronunció una frase que lo selló:
“A mí no me han acusado de pederasta”.
Jaló el gatillo. Se condenó sin juicio, con alarde y soberbia, retando como si no viera las celdas frente a él y no supiera que el que tiene el poder, tiene el poder.
Aludía al gobernador Yunes, tocando la fibra que irrita, arrojando ácido en la herida, desafiando a quien desde hace más de una década enfrenta el lodo de la fidelidad que se nutre de las acusaciones vertidas en el libro Los Demonios del Edén de Lydia Cacho, que lo implican con una red de empresarios y políticos afectos al disfrute sexual con menores.
De la pederastia, Yunes Linares refuta y argumenta. Esgrime que la Procuraduría de Quintana Roo no acreditó los cargos en su contra.
“A mí no me han acusado de pederasta”.
Esa frase lo retuvo más de lo que Flavino imaginó. No salió tras el acuerdo entre PAN, PRD, PRI y el grupo mixto de legisladores para aprobar las modificaciones al presupuesto del gobierno yunista para 2017. No salió con motivo de un arreglo en las sombras.
Flavino Ríos enfrenta un juicio por su responsabilidad en la fuga de Javier Duarte y su esposa Karime Macías, ocurrida el 13 de octubre de 2016, cuando el ex gobernador fue visto por última vez, usando un helicóptero del gobierno de Veracruz, facilitado por Flavino, aunque éste de inicio lo negó. Su historia actual se finca en una contradicción que lo hace reo de la justicia penal.
Cinco días después, el 18 de octubre, Flavino Ríos rechazaba el señalamiento, cualquier vínculo con la fuga de Javier Duarte. Tajante, le decía a la periodista Adela Micha, en Radio Fórmula que no había prestado aeronave alguna, que consultaran las bitácoras de cada unidad, que si hubiera alguna responsabilidad “que se me castigue”. Así, “que se me castigue”.
—¿Usted le prestó un helicóptero para salir del estado? —le preguntó Adela Micha.
—Falso completamente.
—¿No usó (Duarte) ningún helicóptero propiedad del gobierno del estado?
—No sé, te soy sincero, no sé, lo cierto es que yo no presté ningún helicóptero, si hizo uso de algún transporte aéreo del gobierno del estado se está investigando.
Ofrecía poner a disposición de la autoridad las bitácoras de los vuelos del jueves, viernes, sábado, domingo; “todo lo que solicite”.
Refería el ex gobernador interino que desde su toma de protesta no había mantenido ninguna comunicación con Javier Duarte. Sin embargo, los hechos lo desmintieron. Él mismo se desmintió.
Al mes siguiente Flavino Ríos intentó matizar su error. Algo no cuajó en su maniobra. Las bitácoras de vuelo, las bitácoras originales, lo delataban.
Dijo el 7 de noviembre:
“Él (Javier Duarte) pidió un helicóptero que lo trasladó a Coatzacoalcos, lo pidió directamente al aeropuerto. Pedí a la gente del aeropuerto que le dieran las atenciones de un gobernador porque yo no sabía que existía una orden de aprehensión”.
¿Entonces? Primero dice: yo no presté ningún helicóptero. Luego admite: Pedí a la gente del aeropuerto que le dieran las atenciones de un gobernador. Pero Javier Duarte ya no era gobernador y Flavino Ríos incurrió en desvío de recursos (la aeronave es un bien público), amén del tráfico de influencias, abuso de autoridad y encubrimiento por favorecimiento.
En otra declaración, ese mimo día apuntó:
“Yo no sabía en ese momento que existía una orden de aprehensión, tampoco tenía por qué saberlo, no es algo que me informe la PGR. Él habló al aeropuerto, pidió un helicóptero, se lo proporcionaron, y se trasladó a Coatzacoalcos”.
Una versión difundida por el periódico Diario de Xalapa detalla ahora la forma en que presuntamente habría facilitado Flavino Ríos la fuga de Javier Duarte. Aquí el texto.
“De acuerdo a lo narrado, horas después de tomar el cargo como gobernador interino, el 13 de octubre de 2016, Flavino Ríos Alvarado se presentó en las instalaciones de la dirección de aeronáutica en el Aeropuerto de El Lencero entre las nueve y diez de la mañana para hablar con Ricardo Casanova Morales, analista de proyectos de aquel departamento.
“En la reunión, Flavino Ríos dio la orden a Casanova Morales de brindar todas las facilidades logísticas al exgobernador Javier Duarte de Ochoa debido a actividades propias de su cargo (¿cuál cargo si ya no era gobernador?).
“Al siguiente día —14 de octubre— a las 15 horas Ricardo Casanova recibió la llamada de un número desconocido al que le comunicaron a Duarte de Ochoa. El exmandatario preguntó en qué tiempo tendría listo un helicóptero, a lo que el encargado respondió entre 40 y 50 minutos.
“Fue cerca de las 16:30 horas cuando Casanova Morales recibió otra llamada de número desconocido —con lada de la Ciudad de México—, al otro lado de la línea Duarte de Ochoa le solicitaría que una aeronave fuera enviada al Agrocentro Siglo XXI, que se encuentra en la carretera Xalapa-Veracruz, en la localidad de Puente Nacional.
“Ricardo Casanova Morales se comunicó a la oficina de Miguel Pablo Portugal para que ordenar que recogieran a Javier Duarte en el lugar antes señalado; por lo que 20 minutos después despegó el helicóptero del aeropuerto El Lencero sin pasajeros, solamente con el piloto y el copiloto, Jesús Jaime Peregrina y Francisco Javier Herrera, respectivamente.
“La aeronave recogió al gobernador en el Agrocentro con una persona desconocida e informó que cambiarían de destino debido a que se trasladarían al centro de convenciones de Coatzacoalcos. Una vez que aterrizaron ambos pasajeros subieron a un vehículo con rumbo desconocido”.
Luego vendría el episodio de la hipertensión. Apenas se le vinculó a proceso, con un año de prisión preventiva, Flavino Ríos comenzó a presentar problemas de salud. Así, fue trasladado al hospital Ángeles y en cómoda cama, nada que ver con la frialdad de las celdas de Pacho Viejo, pasó mejores días.
Un día el gobernador Yunes advirtió que según los exámenes médicos, Flavino Ríos enfrentaba una hipertensión arterial, pero que podía ser atendida en el penal. Y que la juez de control evaluaría.
Finalmente sale de Pacho Viejo, presuntamente luego de una cirugía de corazón, practicada entre las 10 de la noche del domingo 9 y la una de la mañana del lunes 10.
Sábese que hubo un pacto entre priistas y panistas: Flavino Ríos recuperaría su libertad una vez que el presupuesto del gobierno de Veracruz fuera aprobado y se diera el aval del Congreso para renegociar la deuda pública.
Cumplieron los priistas pero Yunes regateó y no lo dejó ir. Cualquiera sabe que el Poder Judicial también es suyo y más con Edel Álvarez Peña ahí. No es autónomo. Es un apéndice del gobernador. Es un ariete con el que Miyuli logró retener a Flavino Ríos hasta que la hipertensión arterial le dio la puerta de salida.
Permanecerá en su domicilio, luego de entregar su pasaporte y pagar una fianza de 5 millones de pesos y la obligación de no abandonar Veracruz.
Libertad bajo sospecha.
CON INFORMACIÓN DE: MUSSIO CARDENAS.