Para entonces, la Auditoría Superior de la Federación, ASF, ya tenía
todos “los pelos de la burra completa en la mano” sobre “los
desvíos, subejercicios, sobregasto, dispendio y
sobreendeudamiento” en el gobierno de Veracruz alrededor de los
recursos federales…
Pero faltaban las sanciones administrativas y penales, sobre todo,
penales, pues eso de que con el presidente Enrique Peña Nieto el
viejo PRI con sus mañas de trastupijes habría regresado a Los
Pinos significaba una falacia… Y lo significaba por lo siguiente,
entre otras cositas:
1) Elba Esther Gordillo en la cárcel…
2) Joaquín “El chapo” Guzmán, en la cárcel…
3) Gastón Azcárraga, el dueño de Mexicana de Aviación, huyendo
por el mundo ante la orden de aprehensión por el fraude…
4) El exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, con un pie en
la cárcel y otro en la angustiante libertad…
5) El dueño de Oceanografía, preso…
Así, y de acuerdo con las versiones, la ASF planteó a la Secretaría
de Gobernación (Miguel Ángel Osorio Chong) y al procurador
General de Justicia (Jesús Murillo Karam) lo que estaba (¿está?)
pasando en Veracruz, y el asunto fue llevado a Los Pinos… Por lo
pronto, la investigación giraba alrededor de un solo puntito: 4 mil
millones de pesos del erario federal entregados a Veracruz en el
limbo, en el aire, bajo sospecha, en la duda… Por un lado, 3 mil
millones de pesos sin comprobantes fiscales, sin facturas, y lo
peor, sin testimonios de la obra pública erigida… Y por el otro, mil
millones de pesos comprobados millón por millón en cuentas
bancarias, tanto de uno que de otro funcionario y de familiares y
amigos de tales políticos… Y en donde el subsecretario de
Finanzas y Planeación, el tamaulipeco Gabriel Deantes, en su paso
por la Secretaría de Educación de Adolfo Mota, y el Oficial Mayor de
la SEP, Edgar Spinoso, quedaban como presuntos sospechosos…
Claro, ninguna duda existía de que tanto Deantes como Spinoso
son, apenas, apenitas, la punta del iceberg…
BALAUSTRADAS:
Deantes y Spinoso son la puntita de la madeja, porque la ASF ha
seguido con lupa rastreando la pista de los recursos federales en
Veracruz… Y existe la siguiente hipótesis: si así estaban con los
fondos enviados a la Secretaría de Salud y a la Secretaría de
Educación, como dijo el tercer procurador de Justicia Luis Ángel
Bravo, ya podrían imaginarse “el cochinero” en los otros
expedientes… Entonces, sonaron los teléfonos en Xalapa desde el
altiplano… Y las partes dialogaron… Y luego de la fría exposición de
los hechos de manifiesta y evidente corrupción fueron planteadas
un par de opciones… Una, el gobierno federal procedía contra
Deantes y Spinoso despachando como funcionarios, y/o por el
contrario, dos, el gobierno de Veracruz los despedía y procedía
contra ellos… Por tanto, y en base a la enseñanza del rey, se aplicó
una medicina salomónica: el despido inmediato, sorpresivo,
inesperado, avasallante… ¡Ah!, pero antes, curarse en salud, y por
eso mismo la información fue filtrada en parte de la prensa de
Xalapa, la mayor parte en columnas, con la excepción del Diario de
Xalapa que decidió publicarla como nota principal en portada a 8
columnas… Quizá, Deantes y Spinoso se habría enterado de su
renuncia por la prensa… Acaso les hayan corrido la cortesía de
avisarles… Además, existía otra circunstancia: el día siguiente, 18 de marzo, el presidente de la república estaría en Cosoleacaque y Nanchital para conmemorar la expropiación petrolera y de paso conocer el avance de la empresa brasileña que construye el proyecto Etileno XXI que, se afirma, creará diez mil empleos, y que fuera cabildeado por el gobernador de Veracruz en Brasil, con la asesoría diplomática de la embajadora Beatriz Paredes Rangel…
ESCALERAS:
Y por eso mismo, ante la girita de Peña Nieto en Veracruz, desde
Xalapa enviaban un mensaje categórico, como era el despido
atrabancado de Spinoso y Deantes, quienes desde entonces
volaron al cielo o quizá estén en las islas Fidji, en Australia, acaso
en algún paraíso fiscal… Y es que hasta donde se sabe, si se sabe
bien, la Auditoría Superior de la Federación, quizá también
Gobernación y la PGR, estaban sorprendidos con la investigación…
Primero, el desvío del erario federal… Segundo, el dispendio…
Tercero, el enriquecimiento… Y cuarto, y más aún, el
enriquecimiento inescrupuloso y desmedido, quizá a tono con la
frase bíblica de Fidel Herrera de que así como los tlacotalpeños,
tampoco los políticos “tienen llenadera”… Y si alguna duda existiera
bastaría referir lo siguiente: en el transcurso del sexenio próspero
llegó un momento cuando Gabriel Deantes, el primo hermano de
Alberto Silva, andaba levitando… Nadie pensaría que las
operaciones quirúrgicas en su cuerpo le habían desequilibrado las
neuronas… El tamaulipeco levitaba como un ser superior,
petulante, creído, arrogante y soberbio… Incluso, se afirma que estaba seguro de hacer un favor a los demás (a los mismos
compañeros del gabinete) con saludarlos, y ni se diga al ciudadano
que todos los días vive con sencillez… Y, bueno, si Deantes y
Spinoso se pasaron de tueste, y con hechos demostraron que
“gobernar es robar”, la duda es cuántos más estarán en la lista de la ASF…
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