Es 7 de septiembre de 2012 y Fernanda Rubí Salcedo Jimenez llega al Bulldog Bar de Orizaba, a las 22:30 horas, cuando la fiesta apenas inicia. “Estoy bien –le dice en ese momento a su madre, Araceli, por teléfono–, en un rato voy para la casa, bye mami, te amo…” Quince minutos después, cuatro sujetos entran al negocio y se llevan a rastras a esta joven de 21 años; ella pide auxilio, pero nadie la asiste, ni siquiera los vigilantes del bar. Durante ese fin de semana, otras siete personas son también secuestradas en este municipio de Veracruz, y al cabo de un año, nada se sabe de ellos.
“Las autoridades de Veracruz dicen que mi hija le gustó a algún narco, dicen que, como era bonita, alguien la mandó pedir… ¿Se vale que le digan eso a una madre?”. Araceli Jiménez, madre de una desaparecida.
En la región Córdoba- Orizaba se han creado grupos de familiares de las personas desaparecidos, sufriendo un calvario para buscarlos. La negligencia de los ministerios públicos y de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz queda en evidencia.
Mientras tanto la delincuencia organizada se encuentra en su apogeo, raptando, secuestrando y extorsionando, las autoridades hacen como que trabajan y nada.
En el caso de la joven Fernanda Rubí, que la autoridad judicial no tiene ningún detenido del negocio nocturno conocido como Bulldog Bar de Orizaba. Ni siquiera han investigado a los propietarios y encargados, ni siquiera han seguido la pista de aquellos que son conocidos como halcones de la delincuencia…
Veracruz sigue en poder de la delincuencia organizada y Javier Duarte no oye y no ve lo que ocurre en Veracruz.
¿Hasta cuándo encontraran a los desaparecidos? ¿Por qué la procuraduría general de justica de Veracruz calla? ¿Incapacidad o complicidad con la delincuencia?
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