10/4/14

En Veracruz opera "Grupo de sicarios" Institucionales.




 Aunque parezca una temeridad consignarlo… las 

versiones de unos políticos ligados a la seguridad en 

Veracruz hablan de que por ahí opera un grupo, 

digamos, de sicarios institucionales encargados de 

ajustar cuentas con los carteles y la delincuencia 

organizada y común.

Miércoles 09 de Abril del 2014.

Así, en tanto por un lado los malandros mantienen el ritmo del fuego cruzado, con 
muertos, secuestrados y desaparecidos, por el otro, el Estado de Derecho en que, 
digamos, se vive, ha optado por el viejo refrán de que “un clavo saca otro clavo”, y/o en 
todo caso, ‘’la cuña para que apriete ha de ser del mismo palo’’.
Y por tanto, desde alguna zona oscura del poder político siguen la pista a los malosos.
Por ejemplo, el lector recordará el ajuste de cuentas en Perote, la tierra del senador 
José Yunes Zorrilla, donde al final del día eran diez los cadáveres quedados en el 
camino luego de un tiroteo, todos, se afirmó en su momento y oportunidad, ligados a los 
carteles, al parecer, a los Zetas.

La historia empezó, se dijo, por un pitazo vecinal de que los habían ubicado, y por tanto, 
los sicarios oficiales llegan al lugar de los hechos con toda la sigilosidad del mundo.
Días anteriores, en la colonia Hidalgo de “la ciudad más bella del país’’, el puerto 
jarocho, apareció un malandro asesinado en la vía pública con la siguiente leyenda: “Por 
rata”.
Y de acuerdo con la versión oficial el cadáver pertenecía a uno de los asaltantes de los 
13 bancos robados en las últimas semanas, que es por ahora la agenda pública del 
gobierno de Veracruz.
Se trata, pues, de la versión en el siglo XXI del “Vengador anónimo” como en aquella 
vieja película de Charles Bronson, el rudo del cine norteamericano que ante el crimen 
de su esposa él solito rastrea las pistas de los asesinos y uno a uno los va ejecutando 
sin dejar huella.


En años anteriores de pronto apareció en Veracruz un grupo denominado a sí mismo 
“Los mata-zetas”… con tal objetivo.
Incluso, hasta se boletinaron en las redes sociales como en una rueda de prensa 
anunciando a los 8 millones de habitantes de Veracruz que su chamba era abatir a tal 
cartel que mantenía descompuesta la vida cotidiana de norte a sur del territorio.
Y, bueno, así como aparecieron se borraron del mapa.
Pero en el caso, varios políticos aseguran que se trataría hasta de las elites policiacas, 
cuerpos especializados atrás de los malosos, en igualdad de circunstancias, armados 
con el mismo equipo sofisticado, quizá, acaso, como una estrategia para abatir la 
resurrección de la violencia en que parece hemos reincidido.
Claro, si así fuera, entonces habrían de multiplicar “los peces y los panes”, porque aun 
cuando el gobierno de Veracruz ha cacareado que están deteniendo a dos bandas de 
malosos por semana, en automático brincan como conejos un montón, de tal forma que 
parecieran hongos dispersando en el cuerpo como virus.
Y por tanto, ni hablar, mano a mano, cara a frente, los sicarios oficiales habrían de 
integrarse.
Y más ahora cuando la versión es que ene número de presidentes municipales han 
recibido llamadas telefónicas de los malandros avisando que operarán en tales 
demarcaciones, además de para establecer una iguala mensual con cargo al erario 
público.
En todos los tiempos de la historia mundial han surgido tales grupos, digamos, 
contrainsurgentes.  Incluso, el modelito ha sido copiado hasta en las guerrillas 
populares en pueblos dominados por dictadores.
Por un lado, el ejército del dictador. Por el otro, la guerrilla en su contra. Y por el otro, otra 
especie de guerrilla, que lucha contra los ciudadanos sublevados integrados en 
guerrillas, especies, digamos, de guardias comunitarias.
Así, nada fácil será que en las próximas semanas y meses el ajuste de cuentas se 
multiplique como en los años 2011 y 2012, cuando el nombre de Veracruz brincó a la 
pasarela mediática nacional por tantos muertitos en fuego cruzado de narcos contra 
narcos, siempre se aseguró.
Pero, bueno, si tales químicos son un mal necesario significaría que desde el Estado 
de Derecho han recibido permiso para matar. 

Falta determinar si el contribuyente que paga impuestos al pie de la letra, y el ciudadano 
común y sencillo, estarían de acuerdo con tal operativo en caso de ser cierto, como han 
confiado unos políticos locales.