Los expertos en estadísticas dicen que la pobreza extrema ha disminuido. En cada estado de la república el gobernador en turno lanzó las campanas al vuelo para presumir los números de su prosperidad, a los cuatro vientos.
Viernes 09 de Agosto del 2013.
Por: Carlos Omar Barranco
En el caso de Veracruz, hasta una infografía con colores alegres adorna la página oficial del gobierno estatal, con su nuevo ícono de Palacio de Gobierno en un tono gris claro y fondo blanco, que pretende dar la idea de transparencia, pureza y honestidad. Eso dicen los diseñadores.
Recién recortada su barba el gobernador también estrena imagen: adusto, serio, responsable.
¿Ha dejado de ser el niño berrinchudo que en el primer año de gobierno, no toleraba que los reporteros le preguntaran sobre balaceras o ejecutados?
Dejemos al gobernador y vamos al tema.
Según las cifras oficiales, ya son menos los que tienen hambre y frío en México.
Los resultados del Coneval dicen que hubo una reducción en los índices de pobreza y -decíamos- los gobernadores lo presumen como si fuera un logro de las políticas públicas que ellos han implusado.
Que atrevimiento.
Mentir con la estadística es peor que engañar al fisco, porque acá nadie te va a poner una multa por incumplimiento de obligaciones. Se trata solamente de -impunemente- manipular a la opinión pública.
Veamos.
En 2010 había en México 52.8 millones de pobres; en 2012 la cifra subió a 53.3 millones. Pero como en 2010 había 114.5 millones de habitantes, el número de pobres representaba el 46.1 por ciento del total. En 2012 la población del País subió a 117.3 millones y por lo mismo el porcentaje de pobres ‘bajó’ a 45.5. Así son las matemáticas.
Ahora bien. Dentro de la pobreza hay una sub categoría que los gobernantes denominan ‘pobreza extrema’.
En 2010 había en todo México -ni tan lindo, pero sí muy querido- 13 millones de personas en esta condición, en tanto que en 2012 la cifra ‘bajó’ a 11.5 millones.
Si se observan los distintos indicadores que maneja el Coneval, se podrá concluir llanamente que no hay variación significativa.
Rezago educativo, difícil acceso a servicios de salud, poco o nulo acceso a seguridad social, mala calidad y espacios de vivienda, deficiente acceso a servicios básicos e ínfima alimentación. Todo esto aderezado con un ingreso inferior a la linea de bienestar mínimo. Esos son los indicadores reales.
La diferencia entre un año y otro en cada uno de ellos, no representa ninguna señal para el optimismo.
Usted puede verlo en la página del Coneval. Ahí esta todo. No se vaya con la finta.
Caso Veracruz
En la página oficial del gobierno del estado de Veracruz solo encontrará cifras alegres, una muy bonita infografía con colores pastel, pero nada más.
La realidad no la diseñan expertos de marketing político.
La viven miles de veracruzanos y veracruzanas en casas de madera con techos de cartón, en la orilla del río Papaloapan, en la sierra del Uxpanapa, en Las Choapas, en los alrededores de la zona arqueológica del Tajín, o en cualquier zona periférica de Coatzacoalcos, Veracruz, Boca del Río, Tuxpan, Poza Rica o Xalapa, por mencionar unas cuantas.
Aquí está el detalle
Dice la infografía del gobierno veracruzano, que en 2010 el 18.8 por ciento de la población estaba en pobreza extrema, es decir, un millón 449 mil habitantes.
Eso nos colocaba en el cuarto lugar nacional.
Pero en 2012 el porcentaje bajó al 14.3 por ciento, es decir, un millón 122 mil personas, ergo, 327 mil veracruzanos dejaron la pobreza extrema ¡Albricias! ¿Dónde hacemos la fiesta?
Antes de alegrarnos demasiado, sigamos leyendo.
En ese mismo periodo hay el registro de que el número de personas en condición de pobreza (pobreza a secas, sin el añadido aberrante de ‘extrema’: quizás podríamos decir ‘pobreza normal’) pasó de 4 millones 448 mil a 4 millones 141 mil habitantes.
Si los que están en ‘pobreza normal’ son distintos a los que viven en ‘pobreza extrema’, la suma nos da números escalofriantes.
Son más de cinco millones 250 mil personas con algún grado de pobreza. Estamos hablando del 66 por ciento de la población total del estado.
¿Una cifra para recordar? ¿Un logro de dos años de administración?
Ya para irnos
Desafortunada es la estrategia de ‘imagen’ de la administración pública estatal que pretende convertir una amarga realidad, vivida por miles de veracruzanos y veracruzanas, en un número alegre para su informe de gobierno.
Por supuesto que un servidor puede estar equivocado en su análisis. Puedo ser un caso de aburrido pesimismo al que todo le parece mal. Para no errarle lo mejor será ir a visitar esos lugares donde la pobreza existe.
Si las cifras de que el problema va disminuyendo son ciertas, tendremos muchas dificultades para encontrarnos un pobre ¿Alguien quiere participar?