25/11/13

Tengan su dialogo, "Pinches Medios" fueron las palabras del Secretario de Seguridad Publica en el Estado de Veracruz.



De inmediato mostró el Gobierno del Estado de Veracruz la 

calidad del diálogo quiere llevar con los periodistas que no 

son sus “aliados”. O quizás sea más pertinente decir, sus 

empleados.

Lunes 25 de Noviembre del 2013.

Aurelio-Contreras-Morenonueva

Por Aurelio Contreras Moreno


Y no sólo es la frase que se le escapó al secretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita en el Congreso local el pasado viernes, cuando sin saber que ya tenía micrófono abierto expresó lo que sin duda piensa de los reporteros: “pinches medios”.

El encono va más allá. Tras la protesta de un grupo de comunicadores durante la comparecencia del propio Bermúdez ante la Comisión de Seguridad Pública de la LXIII Legislatura –quienes sacaron pancartas demandando justicia por las agresiones sufridas la madrugada del 14 de septiembre en el desalojo de maestros de la plaza Lerdo–, desde alguna oscura oficina instruyeron a los amanuenses de la prosperidad para que vapulearan con descalificaciones a quienes únicamente ejercieron su legítimo derecho a manifestar inconformidad.

Con argumentos de risa y pena ajena, los textoservidores se lanzaron contra los comunicadores que tuvieron el valor de exigir públicamente el cese del hostigamiento policíaco en las coberturas periodísticas.

Desde minimizar la protesta, cuestionar “trayectorias”, hasta justificar que las agresiones “son gajes del oficio periodístico”, las plumas a sueldo pretendieron desautorizar el motivo mismo de la manifestación, que se llevó a cabo a los ojos de todos los presentes, sin cubrirse el rostro, sin escudarse en seudónimos.

Y como se ha vuelto costumbre y “estrategia”, las insidias fueron difundidas a través de los correos apócrifos que tanto le gusta usar al régimen para golpear a sus adversarios, en el entendido de que es así como considera a los periodistas que no se ponen de tapete de versiones oficiales.

Esto entraña un riesgo enorme. Los reporteros están en indefensión absoluta, tanto en el terreno laboral como en su integridad física. El gobierno lo sabe, lo alienta y lo usa.

 Más allá de la anécdota de unas columnas mal redactadas por supuestas “vacas sagradas” (que de lo segundo ya no tienen nada), hay la intención de amedrentar, de infundir temor, de acallar las voces discordantes con el discurso oficialista del “aquí no pasa nada”, mediante un mensaje muy claro: o te alineas, o te aplasto.

A ello hay que agregar la proverbial falta de solidaridad gremial que priva en el sector periodístico, la enorme división entre los comunicadores que en los últimos años se ha profundizado en Veracruz, a tal grado, que se justifican las agresiones y hasta los asesinatos, pues “seguramente” el reportero violentado andaba de “revoltoso”, o quién sabe en qué “estaría metido”. Y si protesta por la inseguridad, seguro obedece a “intereses políticos”.

Quienes conocemos a Lulú López, a Norma Trujillo, a Lupita López, a Alba Martínez, a Rosa Hernández, y a los demás reporteros y fotógrafos que con pundonor se hicieron escuchar, dando la cara, para decir basta a la impunidad y a la violencia contra los periodistas, reconocemos su valentía y su calidad moral, algo de lo que Luz María Rivera y el muerde almohadas que firma sus libelos con el seudónimo de Cony O. Contreras, carecen.  

Y también exigimos que se garantice su seguridad y que no haya represalias en su contra, ni laborales ni físicas. 

No creemos en esas “casualidades” ni en los “hechos aislados”, tan comunes en Veracruz.

Son tiempos duros para el ejercicio periodístico en el estado. La “libertad de inserción” se ha puesto por encima de la de expresión. Sólo que no terminan de entender que cada día que pasa, es uno menos para ellos en el poder, y uno más para nosotros como periodistas.