Los Zs no se iran de Veracruz, hasta que le cobren A Javier Duarte lo que gastaron en su campaña, apoyando a Fidel "El negro" Herrera o mejor dicho "El Z1".
La triste realidad
La realidad es diferente. Las balaceras son pan de todos los días, y muy diferente a como lo pinta Javier Duarte, quien mientras ayer daba una sesión de chistes que él llamó conferencia de prensa, las balaceras arreciaban en Veracruz.
El día de ayer Coatzacoalcos se llenó de balas tras un enfrentamiento entre ejército y sicarios, esto después de que el pasado martes se detuvieran a 8 integrantes de los Zetas, entre ellos a 2 menores de edad y una mujer, que recibían protección de la policía de Veracruz.
El día de ayer un enfrentamiento en casas Tamsa causó pánico entre la población, en lo que pareció un ajuste de cuentas entre sicarios.
En estos momento un enfrentamiento en Las Brisas, al norte del puerto de Veracruz, mantiene en pánico a toda esa zona, que hace unos días también vivió un enfrentamiento entre ejército y sicarios. Hasta el momento se ha confirmado que un convoy de hombre armados inició un enfrentamiento con un grupo rival, para después emprender persecución en donde el ejército también intervino e interceptó. El enfrentamiento tuvo una duración de 50 minutos y se reporta al menos 2 muertos. La zona está acordonada.
La realidad es muy diferente a como la pinta el gobernador, que ha prometido acabar con los narcopolíticos, a sabiendas que él y su titiritero Fidel Herrera, son los culpables de las miles de muertes en Veracruz.
Son cientos de sicarios veracruzanos regados en todo el país, la mayor parte de ellos son Zetas. Gracias al apoyo de Fidel Herrera y Javier Duarte, este grupo criminal se hizo el más poderoso a lo largo del Golfo de México.
Ahora que Javier Duarte tomó el poder en Veracruz, la promesa de combatir al crimen resultan ser solo una vacilada. Javier Duarte recibió financiamiento del narco para su campaña, la policía de Veracruz está hasta las manitas llena de Zetas, y hasta ahora muchos de sus asesores siguen trabajando para ellos, y para colmo, el Zeta mayor, Fidel Herrera, sigue libre.
Javier Duarte se ha quedado solo en su intento de poner en orden a los narcos, pactando con ellos y traicionandolos. A Javier Duarte lo han rebasado, lo ven como un titerer, un empleado más de Fidel Herrerra. Los Zetas no se irán de Veracruz hasta que cobren todo el dinero que le pagaron a Fidel y Javier para trabajar en Veracruz.