Versiones: que Elizabeth Morales es propietaria de un par
de antros donde se trafica carne humana y, no obstante, se
mantiene como presidenta del CDE del PRI; mientras su
homólogo, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, fue destituido
En todo caso, quizá convendría que aclarara paradas con
papelitos de por medio.
Luis Velázquez/ Posdata
Luego del caso de Cuauhtémoc Gutiérrez como presidente del PRI en el Distrito Federal acusado de traficar con barbies, resulta inverosímil el tratamiento político a Elizabeth Morales García como presidenta del CDE del tricolor en Veracruz.
Uno. Ha sido señalada como propietaria del antro Sodoma de Xalapa y, no obstante, fue premiada con el cargo partidista.
Pero, además, en ningún momento ha sido puesta bajo investigación ni como indiciada, ni bajo sospecha.
Y más, porque en Sodoma hay venta de carne humana, igual que, se afirma, en el PRI defeño.,
Dos. Ha sido involucrada en la propiedad de un casino en Xalapa y que ahora está cerrado porque miraron venir la cuchilla de la Secretaría de Gobernación que está revisando la existencia legal de cada uno, de tal forma que ha clausurado varios en el país.
Y, sin embargo, la Morales alista maletas para la candidatura priista a diputada federal por el distrito de Xalapa, donde ya despachó en una ocasión.
Por supuesto, nadie se asombra ni asusta si, en efecto, la presidenta del CDE del tricolor fuera dueña del antro y del casino.
Pero, bueno, habría de recordar la sentencia bíblica de Luis Donaldo Colosio cuando preguntara en el discurso del 6 de marzo de 1994 las virtudes éticas y morales con que los políticos gobiernan el país y cada entidad federativa.
Y más, cuando dado su pasado, la exalcaldesa advierte desde el PRI que por ninguna razón “meterá las manos al fuego por Raúl Zarrabal”, el diputado local acusado de daño patrimonial a la secretaría de Comunicaciones.
De entrada, nada es ella en materia jurídica para ventilar la investigación a que está sometido Zarrabal junior.
Tampoco su peso político es suficiente para desviar, en todo caso, la decisión del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, en el caso de Zarrabal junior.
Y tercero, ninguna autoridad moral ni político tendría para encubrir al diputado, si ella misma dejó una estela de dudas, suspicacias y perspicacias en la Comuna de Xalapa.
Y en todo caso si la libró… hasta ahora se debió a que está blindada desde el gobierno de Veracruz para ser exhibida en sus presuntos trastupijes.
SOCIOS Y CÓMPLICES
Desde luego, la presidenta parece súper protegida por todos los flancos, pues mientras Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre fue despedido de su cargo partidista, la Morales sigue en el trono priista.
Quizá se deba, claro, a que sus "madrinas" Beatriz Paredes Rangel y María de los Ángeles Moreno, la han amurallado. Acaso a sus relaciones de poder con la elite roja.
Quizá a las alianzas empresariales.
Pero, bueno, con todo y su blindaje la hora estelar para el partido político que dirige será el año entrante en la elección de diputados federales.
Es más, ya desde ahora el rechazo ciudadano en su contra está latente.
Por ejemplo, todos los días en las redes sociales se multiplica su descrédito a partir de un seguimiento a su pasado y presente, lleno de impunidad, como si formara parte de una gran cofradía.
En el internet desfila su tiempo como alcaldesa cuando, se afirma en el facebook, mudara a coleccionista de residencias, departamentos y lotes y de negocios adicionales.
También, claro, sus ligas con una elite insospechada de barbies y reinis, a quienes encumbró en un cargo público y un sueldo privilegiado, sin que nunca, jamás, fuera molestada por el ORFIS y la Comisión de Vigilancia del Congreso, a cargo, entonces, del diputado Américo Zúñiga Martínez.
El penúltimo saqueo que hiciera al cuarto para las doce en la Comisión Municipal de Agua de Xalapa cuando el cobro anticipado y cuyos emisarios se llevaran todo para, dijeron entonces, cubrir otros pendientes.
La derrota en Xalapa de Enrique Peña Nieto como candidato presidencial, lo que la elite peñista en ningún momento ha olvidado.
Y sin embargo, se mantiene en la pasarela.
Habría, entonces, de recordar la experiencia de José Tomás Carrillo Sánchez, delegado federal del Instituto de Migración, cuando dice que “en política la amistad se multiplica cuando de pronto los actores sociales se vuelven socios y cómplices”.